Hace un par de findes, el equipo de Chacras de Buenos Aires, organización en la que colaboro, se desplazó a Florencio Varela, un barrio humilde de las afueras de la ciudad. El objetivo era empezar la construcción de un lugar donde los agricultores pudieran vender sus productos.
Como gran peculiaridad, eran los materiales que iban a ser usados; los que nos ofrece la naturaleza.
Como toda construcción necesita de su planificación y rigurosidad. La tienda iba a tener unas dimensiones de 5x7 metros, asi que empezamos delimitando el terreno, para acto seguido empezar a cavar la franja en la que colocaríamos los cimientos.
Se trataba de una galeria en la que colocaríamos sacos llenos de tierra y piedras, que una vez bien compactados, harían de la nuestra, una estructura estable y duradera. Al mismo tiempo había que empezar a planificar como levantar la estructura, en función del tipo de techo que pensábamos colocar. Para mi, obviamente, era todo nuevo, así que agarre papel y boli porque es algo que no quiero olvidar. Resulta que en función del techo que usemos, habrá que hacer que la parte superior de la casa tenga un mayor o menor desnivel, ya que hay que tener en cuenta el peso a soportar. El nuestro iba a ser un techo verde, es decir, en el que colocaríamos tierra y las plantas crecerían. Lindo, mucho, pero debe soportar mayor cantidad de agua de la lluvia, por lo que la estructura debe ser mas consistente.
Esta última foto muestra el trabajo hecho en los 4 días. Hay muchos más pasos intermedios, hay todo un show de coordinación de pacos y pacas para hacer posible levantar semejantes palos, hay sudor, pero sobre todo, hay buen rollo y ganas de aprender. Los más valientes, o los más perezosos, nos quedamos a pasar las noches allá mismo, desafiando al frío, que la primera noche nos ganó la batalla por paliza, lo que nos obligó a pensar un sistema para combatirlo; levantamos la casa del piso, com maderas, palos, bolsas y ladrillos, de manera que el frío no nos calara, y conseguimos mas mantas (tampoco era tan dificil). Además, contábamos con un horno, también construido con adobe, que calentaba la casa, así que le metimos mucha leña y abrimos las puertas toda la noche...
Resulta que esto que iba a ser un simple experiencia, se ha convertido en un objetivo de lo que queda de viaje, se ha convertido en un sueño, que es aprender a construir mi propia casa, nuestra propia casa, además de ser una herramienta social de gran valor. Por eso, entre otras cosas, he decidido modificar parte del viaje. Mañana, precisamente, llegan mis viejos, pero que grande!!!! Empezaremos por Buenos Aires y después haremos las clásicas visitas a Cordoba y a Iguazú, además estoy preparandoles una pequeña sorpresa para llevarlos a la selva. Mi idea era ya quedarme por alla, pues es para el norte, y seguir mi camino hacia Bolivia. Pero resulta que el ultimo fin de semana de agosto y el primero de setiembre hay un curso de bio-construcción en la aldea atrapasueños, cerca de Buenos Aires y he decido volver. Y así, parte del viaje que aún me queda, voy a tratar de combinar las otras actividades, con el aprendizaje de todo esto, y así cuando vuelva...
Señores, son muchos los motivos que me hacen creer en esto, simplemente la ilusion de ver nuestra casa hecha, de compartir con vosotros, o simplemente el ver que este mundo así no funciona, y que debemos volver hacia atrás, valernos de lo que nos da, y dejar de tener que comprar absolutamente todo. Para muchos, pareceré un fumao, pero se que otros estaréis de acuerdo, y cuando nos veamos, empezaremos a pensar y a trabajar...
por cierto, creo que es la primera vez que lo digo, pero todas las fotos las podreis encontrar en picasa (en ciertas cosas soy un fumao, sí), os dejo aqui!!
https://picasaweb.google.com/100449561066571678790/BioconstruccionFlorencioVarela?authkey=Gv1sRgCNfm_L2RzaKrdA
un abrazo familia!