sábado, 25 de junio de 2011

Y el camino seguía hacia Ouro Preto






Tras la despedida tocaba encontrarse con un de aquellos lugares que no quería dejar de conocer. Hace años que leí en una revista sobre él, y además, Ouro Preto tiene una importancia histórica muy grande para Brasil.

Divisando el plan

Cuando se descubrieron grandes cantidades de oro allí, los colonizadores centraron sus esfuerzos en esta región. Esta es una de las razones por las que hoy en día, el sur brasilero está mucho más desarrollado que el norte. Entre otras cosas, prohibieron el aceso a la ciudad a cualquier persona ajena a la corona, trasladaron la capital del país de Recife a Rio de Janeiro que se convirtió en puerto de salida de todas las materias, y aumentó aún más el comercio de esclavos.

Pues allí llegó Barrulas, un lunes por la noche. Rapidamente conoci a grandes pacos que estaban en el mismo hostel que yo. Entre ellos un pelotudo que llevaba año y 3 meses viajando; vivía de la fotografia y el tio llevaba una muñeca de 2 metros con la que se montaba sus escenas fotográficas, no hay como ser artista!! Y además viajaba con un cochazo del año 73, toda una gran historia.





Ouro Preto tiene mucho por hacer. Es increíble la cantidad de agua, ríos, cascadas y vegetación que tiene este país, así que hubo que hacer una expedición hacia la cachoeira andorinha (golondrina). El equipo era corto de efectivos pero iba sobrado; David, un portugués y Barrulas. Calentamos motores tomando baño en un pequeño río que apareció por el camino. Tras el cigarro de rigor, empezamos a abrirnos camino, bueno, simplemente seguimos la senda que estaba marcada, no fuimos los primeros en ir a ese lugar.



Hubo que acercarse al abismo para confirmar la existencia de agua ahí abajo (estas fotos no son mías, como se puede comprovar en el pie derecho). Tras un rato de caminada llegamos; una caída de agua de por lo menos 20 metros. Nos acercamos arrastrandonos por el suelo, pues da bastante impresión. Parecía que ahí quedaba nuestra escuersión, pero antes, decidimos subir río arriba para ver que encontrábamos. Fue un paseo lindo, no demasiado largo hasta que, merecidamente, recibimos nuestra recompensa.

Aquí está, el premio y el causante de mi actual resfriado


Pero Ouro Preto por si solo ya se vale una visita, asi que al dia siguiente tocaba dia de paseo, tranquilidad, caminar, entrar a algun museo, y como debe de ser, tomarse una cervecita en frente de una linda puesta de sol.





Buenris




Tiradentes fue un paco que intentó hacer la revolución y expulsar a los portugueses de la región, pero acabó siendo capturado, degollado en la plaza del pueblo, y las partes de su cuerpo fueron esparcidas por la ciudad como medida intimidatoria.







Antes de partir, conversé un rato con el sapo y la oveja de las montañas preguntando por donde debía continuar...

1 comentario:

  1. Paco, les fottos d'aquest post molen la tira! Mola el teu de tranquis visitant les coses, no hi ha res millor que no tindre un avió esperant el dia X que et faci apretar la marxa. Segueix així!

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